Fases del climaterio

            Tomando como punto de referencia la menopausia, podemos dividir el climaterio en tres etapas: premenopausia, perimenopausia y posmenopausia.

Premenopausia
            Período de meses o años que precede al cese definitivo de la menstruación. Comienza a los 40 o 45 años aproximadamente. Durante este período pueden darse los primeros trastornos (perturbaciones del ciclo y trastornos vegetativos) debido al fallo progresivo de la función ovárica secundaria a la disminución de folículos activos.
Cambios hormonales
            Los cambios hormonales se deben a:
-          Disminución de folículos del ovario.
-          Menor capacidad de respuesta de los folículos a la acción de las gonadotropinas hipofisarias.
-          Alteración en la sensibilidad hipotálamo-hipifisaria al control ejercido por las hormonas ováricas.
Debido a la disminución de folículos ováricos y, por consiguiente, al descenso de la respuesta de los folículos a la acción de las gonadotropinas hipofisarias, disminuye la producción de estrógenos (concretamente del estradiol).
Con frecuencia, el pico ovulatorio de los estrógenos y de la hormona lutenizante ya no es tan elevado, pudiendo llevar a una insuficiencia del cuerpo lúteo, incluso a una falta de ovulación en varios o en todos los ciclos. Al no producirse cuerpo lúteo, cesa la producción de progesterona y el endometrio no pasa por la fase de secreción.
Al descender la producción de estrógenos (inhibidores de la producción de gonadotropinas hipofisarias) y de inhibina, la hipófisis aumenta los niveles de hormonas gonadotrópicas  (sobre todo de la FSH) para conseguir respuesta en el ovario.
Repercusiones en el ciclo
Las alteraciones hormonales tienen repercusión en el ciclo. Estas repercusiones son también variables, pudiendo existir: ciclos normales intercalados con períodos de amenorrea, ciclos cortos (polimenorrea), ciclos largos (oligomenorrea). Otra alteración son las metrorragias que normalmente son precedidas de ciclos largos anovulatorios.
Con los años, estas alteraciones de la ovulación se hacen más frecuentes.
Con el cese de la producción de progesterona, aparece un desequilibrio a favor de los estrógenos. Este hiperestrogenismo provoca una serie de trastornos:
-          Síndrome premenstrual. Los síntomas son muy variados y se presentan en los días próximos a la menstruación. Los más frecuentes son:
a)      Tensión mamaria, con aumento de volumen y sensación dolorosa.
b)      Hinchazón de abdomen y, a veces, en las extremidades.
c)      Aumento de peso durante esos días.
d)     Nerviosismo y susceptibilidad.
-          Trastornos tróficos en el útero y en la mama
Ante la estimulación estrogénica no compensada por la progesterona, el endometrio responde con una hiperplasia. Esta debe ser controla por el ginecólogo por riesgo de hemorragia y de neoplasia. El tejido muscular también es sensible, y reacciona con la formación de pólipos y miomas.
Ante el predominio estrogénico sobre la progesterona, las mamas reaccionan con una mastopatía fibroquística. Aunque es un proceso benigno, provoca sensación de tensión y de dolor que suele angustiar y preocupar a las mujeres.
Perimenopausia
Considerada como la verdadera etapa de transición, la perimenopausia es la etapa que va desde el final de la premenopausia hasta un año después de la menopausia. Suele durar de 3 a 5 años. Comienza con la aparición de alteraciones menstruales y endocrinas.
Posmenopausia
La posmenopausia  es la etapa que se inicia después de 12 meses de la interrupción definitiva de las menstruaciones y termina con el comienzo de la senectud.
En la posmenopausia, los cambios hormonales son: aumento de la hormona gonadotropina, incremento de la FSH Y LH (manteniéndose más elevados que en la vida reproductiva), descenso de estrógenos y de andrógenos. En esta etapa, el estrógeno principal es la estrona (de menor intensidad que el estradiol). Ésta se produce a partir de la androstendiona en la periferia (grasas, piel, músculo). Las mujeres obesas tienen mayores niveles de estrona, siendo menos susceptibles a los signos de deprivación, sin embargo, se incrementa el riesgo de cáncer endometrial.
            El descenso de hormonas antiandrogénicas (de estradiol  y de progesterona), promueven la aparición de signos de virilización a pesar de que los niveles plasmáticos de andrógenos (androstendiona  y testosterona principalmente) están disminuidos.
Figura 1. Fases del climaterio